Estaba leyendo "Razones para amar a una mujer revolucionaria" por Adal Hernández y se me ocurrió hacer la versión femenina de su poema; lo que significa que decidí escribir (a manera de confesión o como se quiera interpretar) desde el punto de vista de una mujer que se considera revolucionaria, con un toque mas profundo y mundano. Espero y disfruten mi versión tanto como a la original.
Razones para amar a una mujer revolucionaria
por Adal Hernández
"Una mujer revolucionaria
es capaz de sentir en lo más hondo,
cualquier injusticia
cometida contra cualquiera,
en cualquier parte del mundo.
Una mujer revolucionaria
se indigna con más frecuencia,
concibe preguntas todos los días,
grita más fuerte,llora más alto,
desea con más ansias,
quiere más resuelta,
siente más profundo.
Una mujer revolucionaria
sabe mirar mas allá
de la estética preconcebid
apor las revistas de moda
y concursos de mercancías mujeriles,
porque es más femenina que las determinaciones del mercado.
Una mujer revolucionaria
sale a parir las jornadas
con sus botas de campaña,
el segundo sexo en su espalda,
la libertad en los labios,
las razones debajo de sus cabellos.
Una mujer revolucionaria
es más hermosa
que las muñecas de plástico,
más atractiva que los destellos de los fugaces reflectores,
más sensual que los caprichos tendenciales del momento.
Una mujer revolucionaria
huele a pólvora,
gases lacrimógenos,
tierra,montaña,
río,
flores silvestres,
soles de inviernos,
echos de jardín,
frutas del caribe.
Una mujer revolucionaria
siente más y gasta menos,
sonríe desde los huesos,
besa hasta el delirio,
se entrega sin equipajes de mano
ni reservas de divanes de cuero.
Una mujer revolucionaria
siempre está dispuesta al romance
sin importar la incitación
de los manuales de la familia
y los hogares prominentemente
seguros y a salvo.
Una mujer revolucionaria
hace el amor con el corazón
puesto al lado izquierdo de la cama
y su alma colgada sobre el dosel.
Una mujer revolucionaria
es el eslabón doblemente más alto
de la especie humana,
y no hacen falta
muchas más razones
para amarla
hasta la locura,
hasta el cosmos,
hasta la muerte,
hasta un millón de veces
más allá del infinito.”
No es una mujer revolucionaria
por Begoña Félix
De carácter vulnerable y apresurado andar.
Entusiasta de la naturaleza, máquina para amar.
Dueña y señora de una simpatía peculiar, casi perversa.
Se indigna sin razón aparente, la reconciliación inherente.
Sin siquiera saberlo, ríe y llora al mismo tiempo.
Tan alto, tan alto, desde lo mas profundo de sus entrañas,
Con tanta energía, que sacude su ser.
Tendencias dominantes tan rígidas capaces de asustar al
mismo reloj.
Capacidad para cuestionar su entorno con todo el furor,
desde lo mas fehaciente hasta lo mas enigmático.
No tiene control, solo arrebatos.
Amante apasionada y defensora afligida.
Casi en exceso, es su condena.
Siente y vive en carne propia cualquier ofensa, cualquier
injusticia.
Tan fuerte, tan fuerte, que la hace estremecer.
Con tanta viveza, que le desarma su alma.
Es segura, mas no creída.
Es humilde, si bien, parece mentira.
Conoce sus virtudes y las sobre explota,
Le es tan fácil como hablar,
habitualmente las palabras le sobran.
Madre de naturaleza, teniente de una batalla,
La incertidumbre, le ha sacado algunas canas.
Usa los berrinches como herramienta,
A veces libera fuerzas adversas.
Lucha y defiende al marginado.
Entrega su alma y no hay adversarios.
Tan libre, tan libre, que desafía las reglas,
Con tanta ligereza, que vuela y condena.
No es una mujer
revolucionaria,
Ni sigue las modas.
Pero también besa hasta el delirio y no cuenta las horas.
Tampoco huele a pólvora, ni a flores silvestres.
Su esencia es tan clara y pura, nada indecente.
Su alegría es como una nota aguda en cualquier melodía.
Suena tan armoniosa como la “Quinta sinfonía”,
Tan alto, tan alto, desde lo mas profundo de sus entrañas,
Con tanta energía, que sacude su ser.
Hace el amor, se opone a la guerra.
Su sensualidad radica en lo invisible e indescriptible,
no tiene tangente, es etérea.
Tiene reservas, aunque añora el romance,
el riesgo reside en que le teme al rechazo.
Tan fuerte, tan fuerte, que la hace estremecer.
Con tanta viveza, que le desarma su alma.
Se cree indestructible, en su mente todo tiene alcance.
Es tan honesta que ofende a cualquiera, voluntariamente o
por accidente,
Con frecuencia depende del matiz de su ambiente.
Pareciera que es calculadora, pero opera por impulso.
Su único motor es el corazón, la mente le falla con
cualquier susto.
No se deja llevar por el status quo, su dogma se halla en su
sonrisa.
Tan libre, tan libre, que desafía las reglas,
Con tanta ligereza, que vuela y condena.
No es una mujer revolucionaria
ni sigue las modas,
es una mujer que nunca se olvida y evoca a la gloria.